viernes, 25 de junio de 2010

ARTISTAS ANÓNIMOS




Miles, cientos de miles, quizás millones de personas con un don divino han pasado por el mundo sin que la sociedad se lo haya reconocido. Por eso desde esta ventana quiero contarle a la humanidad como pasó por la vida uno de tantos artistas, que por haber nacido en una humilde cuna, y haber vivido y muerto en el anonimato nunca fue reconocido. Manolo Rodríguez Martín nación en San Juan de Aznalfarache en la década de los años treintas del siglo pasado, huérfano desde la infancia, supervivió a los trágicos años del hambre y de la posguerra, de carácter retraído y corto de palabras, expresaba sus cualidades sobre diversos soportes, tela, papel, cartón, maderas…. Cualidades que a pesar de ser reconocidas por todos los que le conocíamos, nunca encontró ese ángel protector que elevara sus conocimientos a la cátedra de las artes. Con el paso de los años una empresa minera de Bélgica fue su solución laboral. Conforme fue pasando el tiempo en la mina, dedicaba sus ratos libres a ejercitar sus artísticas cualidades, cualidades que al fin fueron reconocidas por un empresario francés, empresario que no tuvo ningún inconveniente en saldar su contrato con la empresa minera y llevárselo a Paris para decorar determinadas iglesias y templos religiosos, algo que de alguna forma llenó de satisfacción a familiares y amigos, porque al final había llegado el ángel esperado. Con el tiempo manolo y la hija del empresario tienen unas relaciones que pretenden culminar en boda, pero esto último no entra en los pensamientos del artista, que como tal, puede mas su carácter bohemio que el compromiso de constituir una familia, por lo que regresa de inmediato a la Península Ibérica para integrarse como voluntario en el cuerpo de la Legión, cuerpo donde gracia de nuevo a sus conocimientos queda libre de servicio por dedicarse a revestir de cuadros las viviendas de los jefes y oficiales a su mando. Al Cabo de algún tiempo sin saber nada de el, la familia recibe una notificación de su fallecimiento en el cuartel de destino en África.
¿Cuántos artistas se han desvanecido en el anonimato dejando tras de si un halo de obras inéditas e ignoradas, cuanto arte ha perdido el mundo por la ignorancia de los hombres, cuantas obras colgaran de las paredes sin conocer su poder o reposaran en los desvanes por la ignominia de sus propietarios, obras que le supervivirán en la cultura de la vida y en la historia de los seres humanos?
Manolo desde el recuerdo de tu arte eterno, los que te conocimos nunca te olvidaremos.

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