martes, 29 de junio de 2010
NOSTALGIA
Vivir sin mirar atrás es como renunciar a ti mismo, todos tenemos alguien donde posar el recorrido de los años vividos para poder hacer la historia y establecer la cultura del mundo.
En mi minúsculo periodo de la vida, he contemplado como los seres humanos en su sutil transformación camaleónica, se ha dejado llevar por el concepto artificial y antisocial de las viviendas actuales, cambiando la concepción de la convivencia y la hermandad de las casas de vecinos, algunas llamadas popularmente “Corrales” donde todos y cada uno de los habitantes se constituían como una gran familia, donde todos se unían ante las desgracias y las alegrías, donde las puertas nunca se cerraban, donde los mayores eran respetados y donde de lo poco siempre sobraba, pero nunca se tiraba.
La ilusión y el anhelo de aquellos niños que en lugar de pedir a los reyes algo personal, pedían una pelota de goma para poder compartirla con los amigo del barrio, la destreza con que las niñas daban a la comba para que saltaran hasta las abuelas.
Aquellos “Pianillos” que amenizaban las bodas atrayendo a los mocitos del contorno abriendo nuevos lazos de comunicación con las jovencitas del lugar. Aquellos juegos infantiles (Billalda, Lima, Bolinches, Trompo, Etc.) donde los niños competían dándole vida a las calles con sus chillidos y exclamaciones.
Aquella ilusión, inquietud y entusiasmo de los adolescentes, en su lucha para poner fin a una anclada dictadura permanente en nuestra sociedad.
Todo esto es ya historia, porque el curso de la vida nos ha llevado a una sociedad de consumo donde siempre queremos mas de lo que tenemos, donde cada día nos encerramos mas en nuestro pequeño reino obviando todo aquello que no nos pertenezca.
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