LOS TOROS Y LOS NIÑOS

Cuando los intereses económicos de un determinado sector de la sociedad están por encima de la educación, del respeto a los animales, de la vida y del amor a la naturaleza, no hay escrúpulos alguno para montar en los pueblos y en las ciudades cierta algarabía que induzca a los pequeños infantes el entusiasmo de la mal llamada “Fiesta Nacional” Creo que este nombre se lo pusieron los herederos de la dictadura, por algo el Monarca sigue participando de esta fiesta, algo que no entra en las inquietudes de la Reina, lo cual la dignifica.

No entiendo que en estos tiempos, cuando estamos sentando las bases para que nuestros descendientes rechacen todo aquello que produzca violencia, terrorismo

y muerte de los seres vivos, se hagan ensayos de corridas para inducir a algo tan violento como el martirio y ejecución de un noble animal que solo quiere vivir de la naturaleza.

Estos padres que se divierten educando a sus hijos con estas clases del mal llamado arte taurino, son los que acuden todos los domingo a misa para ponerse bien con Dios. Incongruentes.

Detrás de todo esto están todos aquellos que viven de este mundo salvaje y por supuesto anteponen sus intereses a cualquier reconocimiento de la realidad generacional.



Domingo González Pulido