Mientras vemos como cada día resurge nuevos casos de fraudes financiero a los fondos públicos, el pueblo se lo toma con una pasividad espantosa,
Es
inconcebible que tanto del estado como de los gobiernos nacionales,
autonómicos, provinciales y locales, así como de los sindicatos
mayoritarios y los centros públicos, en su inmensa mayoría, tengamos
noticias cada día de una nueva estafa o defalco, y nos limitemos a
comentarlo en las clásicas tertulias coloquiales sin darnos cuentas que
ese dinero es de todos los ciudadanos y por lo tanto nos están robando
descaradamente sin que se les obligue : primero a devolver hasta el
último céntimo, segundo, a renunciar al cargo donde los has integrado el
pueblo con sus votos, y tercero a pagar sus culpas desarrollando
trabajos para la ciudadanía mientras cumple las correspondientes
condenas.
Por el contrario se les permite utilizar el incompresible y desproporcionado aforamiento
para esquivar los cargos por los que han sido imputados, amén de
aquellos que no necesitan abogados porque ya se encargan los fiscales de defenderlos, dejando a los jueces fuera de juego.
Y
todo esto pasa como he dicho antes porque vivimos en un país donde no
queremos darnos cuentas de que ellos son meros administradores que los
hemos puesto para que gestionen nuestro patrimonio adecuadamente, pero
que si no tienen nuestra confianza podemos destronarlos votando
cualquier alternativa válida, sin que por ello perdamos nuestra
dignidad, sino todo lo contrario, esto le hará pensar a los que vengan
que tienen que contar con nuestro beneplácito para poder gestionar los
fondos publico adecuadamente y sin que se les pegue nada en las manos,
porque para eso tienen unos inmejorables sueldos, complementos y
pensiones vitalicias.
Domingo González Pulido
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