viernes, 9 de julio de 2010

Todos somos responsables




En este complejo mundo donde todo parece posible aunque se salga de las más elementales normas de educación infantil, una parte de la sociedad tiene un afán incontenible de promocionar a sus hijos en el mundo del espectáculo, anteponiéndolo a la enseñanza educativa básica correspondiente a la edad de estos.
Hay programas de televisión donde los protagonistas son niños entre dos y diez años de edad, donde los padres se lo pasan bomba viendo como sus retoños expresan ante el público las dotes asumidas durante un tiempo robado al colegio o a los juego correspondiente a su edad, niños que algún día reclamarán a sus progenitores el tiempo perdido y dedicado al trabajo de promoción económica familiar.
Es incomprensible que cuando en los medios leídos se les sombrea las caras a los menores para no exponerlos a la visión pública, determinados poderes fácticos promocionen el arte flamenco infantil entre otros, para captar una audiencia responsable en la parte que les corresponde, del absentismo escolar, en lugar de presionar a las entidades publicas para que exijan a los padres de estos menores, cumplir con su responsabilidad de escolarización infantil obligatoria. Todos somos responsables por no poner freno al uso de estos infantes como espectáculo para unos, y desarrollo económico para otros.
Si el índice de promoción cultural de este país se basa en el absentismo escolar y en obviar la educación, la cultura y la investigación, está claro cual será el resultado.

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