sábado, 29 de mayo de 2010
Juventud divino tesoro
Con el paso de los tiempos, algo tan natural como es la educación, el respeto, la responsabilidad y la estabilidad de las personas se transmitía de padres a hijos, observando estos últimos una transformación paulatina que poco a poco hacia remitir determinadas inquietudes juveniles y expectantes ansias de cambiar el mundo, para con el tiempo terminar consolidándose como baluarte y líder de una familia.
Esto sucedía hasta hace muy poco tiempo, pero desgraciadamente para un gran porcentaje de este sector de los seres humanos, el giro ha sido tan desproporcionado, que me pregunto si esta nueva generación se encuentra tan falta de ideales y de aquellas inquietudes, que quieren pasar por la vida como si de algo sutil y absurdo se tratara, no sienten ni padecen, solo quieren pasar el tiempo en blanco y por supuesto con todos los derechos y ninguna obligación, es decir no respetar los mas elementales normas de comportamiento y convivencia, como por ejemplo no ceder el asiento en los autobuses a personas mayores o imposibilitadas, apoyar los pies con los zapatos sucios por las eses de los perros en el asiento frontal del mencionado autobús, jugar a la pelota en los jardines públicos con peligro para los mayores y responder de mala forma a las personas que le recriminan su comportamiento, aprobar los exámenes a base de chuleta y chanchullo, pegarle a los profesores, cruzar las calles peatonales con las motos a todo gas con peligro para mayores y pequeños, emborracharse en las famosa “Botellonas” para poder perder la dignidad y hacer determinadas indecencias en la vía publica, provocar enfrentamiento entre amigos para grabarlo, pegarle sin motivos una paliza a pobres indigentes indefensos etc. todo esto y mucho mas son las consecuencias de la falta de ideales e inquietudes que hemos sembrado entre estos zampabollos que no asumen que hay países donde los niños tienen que agudizar la imaginación y trabajar desde la infancia para poder medio subsistir y colaborar con el resto de los componentes de la familia.
Después de escuchar a la salida de un colegio a una madre decirle a su hijo de seis años: “La Próxima vez que te diga eso, te caga en sus muertos” (refiriéndose al profesor) entiendo la situación y me pregunto si todo esto es como consecuencia de una mala gestión social, educacional y administrativa de los dirigentes de este país, o por el contrario somos nosotros los padres y abuelos los que hemos obviado nuestra responsabilidad de transmitir adecuadamente las líneas maestras de la educación de la que éramos portadores.
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